Hoy en el trabajo, mientras inspeccionaba un puente inferior sobre un arroyo, mi ProTac® Seguía reflejándose en algo en el barro seco. Me di cuenta de que era una linterna enterrada con sólo la mitad de la lente expuesta. Lo desenterré: Streamlight® Stinger®! Pensé que era un hallazgo genial. Limpié el barro y lo metí en mi bolso. También usamos Stingers, así que cuando llegué al camión saqué la batería corroída y puse una nueva. Para mi incredulidad, después de unos pocos clics, se encendió y funcionó normalmente. Lo enjuagué en el arroyo y lo usé por el resto del día. Quién sabe cuánto tiempo estuvo ahí. ¡IRREAL!!